Esta es una historia de abandono y de reencuentro. Pero lo es también de regresos. En la Extremadura de los años 50, un joven de veintiséis años se ve obligado a abandonar su tierra y a sus seres queridos para ir en busca de trabajo. En agosto del 53 cogerá un tren y, con escaso equipaje y el corazón lleno de ilusiones, llega a un lugar lejano. Allí la soledad le pesará tanto que poco a poco irá arrastrando a otros miembros de la familia para llevarlos junto a él, siendo su primera escala La casa de la buhardilla.
Narrada desde la perspectiva de una niña, el relato nos adentrará en la tristeza de la emigración, en la añoranza por infinitas ausencias, en las anécdotas de una abuela valiente, y también en la esperanza de que algún día todo pueda cambiar.
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