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13,78 €La entrada en prisión de Luiz Inácio Lula da Silva el 7 de abril de 2018 dio la vuelta al mundo y acaparó la atención de los principales medios de comunicación y redes sociales. No era para menos. El que fue uno de los jefes de Estado más populares del planeta, cuyo liderazgo inspiró a numerosos paÃses, terminaba en la cárcel con una condena de 12 años por corrupción. Los seguidores de la escena polÃtica brasileña reaccionaron con estupefacción y sorpresa: ¿cómo ha podido una figura como Lula acabar en la cárcel? ¿Cómo, en tan poco tiempo, el paÃs del futuro, que crecÃa a buen ritmo y con polÃticas que parecÃan agradar a una gran mayorÃa, se desplomó con tanta rapidez?
Para gran parte de la izquierda, la prisión del principal lÃder del Partido de los Trabajadores se trata de una perversa persecución, de una venganza por haber favorecido a las clases populares. Pero, por otro lado, la lucha contra la corrupción ha movilizado a sectores muy amplios de la sociedad brasileña, lo que ha creado un clima de polarización y enfrentamiento en el que el poder judicial ha pasado a ocupar un espacio central en la dinámica del paÃs, con enorme impacto en la polÃtica. Nos encontramos en una situación enmarañada que pone en duda la renovación de la izquierda en Brasil, y si esta podrá avanzar dejando atrás su posición hegemónica y desarrollista. También cabe preguntarse qué proyectos serán capaces de ofrecer las fuerzas de centro y de derecha para las próximas décadas, más allá del recorte de derechos y fondos, la privatización de empresas públicas y la subordinación global del paÃs.