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90,25 €Las distintas confesiones surgidas en el siglo XVI (catolicismo, luteranismo, calvinismo) se han estudiado como formaciones uniformes que resultan útiles para explicar el proceso de confesionalización de las MonarquÃas europeas. No obstante, una investigación minuciosa demuestra que existieron distintas corrientes espirituales dentro de la ortodoxia de cada confesión, apoyadas por partidos o grupos polÃticos que, a su vez, justificaban la práctica polÃtica de sus respectivas MonarquÃas; los ejemplos son numerosos: las facciones "albista" y "ebolista" en la MonarquÃa hispana defendÃan dos modelos de organización polÃtica y se apoyaban en sendas prácticas religiosas; el "partido español" en la Corte de Luis XIII conectaba con tendencias espirituales mÃsticas y se oponÃa a los valores polÃticos y religiosos de Richelieu; en la Curia de Roma, los cardenales formaban partidos o tendencias que defendÃan modos diferentes de entender la espiritualidad. Igual sucedÃa entre luteranos y calvinistas: la pugna entre "arminianos" y "gomaristas" en los PaÃses Bajos, o las tendencias puritana y presbiteriana en Inglaterra, etc. Asimismo, las Ordenes religiosas se identificaron con las distintas tendencias y tuvieron valedores, no solo en las Cortes de cada MonarquÃa, sino también en Roma. Las vÃas para estudiar tales influencias y relaciones son múltiples: en primer lugar, la Capilla Real (estructuras, oficiales o sermones que en ella se pronunciaban, asà como la evolución del estilo y contenido de la música), y también a través de las corrientes espirituales y Ordenes religiosas que habÃa en la Corte; con frecuencia, sus miembros escriben los libros que definen las teorÃas polÃticas que deben justificar la actuación de las MonarquÃas, al tiempo que eran apoyadas y sostenidas por las facciones cortesanas.